miércoles, agosto 06, 2003

toque esquizofrénico y de doble personalidad

Estaba súper tranquila, pensando en lo que acababa de pasarme. La playa, cigarros, aceitunas, cerveza, café, y un ser que es lo que dicta la lógica... Quizás sea el balance que busco, que se me perdió. Tarde. Enfadada de dar frenones y frenones, yo en la fila más vulnerable. Parecía un aviso. Cuándo por fin logró mi cabeza encontrar ese punto fijo, una buena canción en la radio, saber que estoy sola en medio de la contaminación, del símbolo más representativo del neo-colonialismo, lo que ha marcado mi vida, lo que la ha dividido, lo que nos da ese toque esquizofrénico y de doble personalidad a nosotros los fronterizos, que hacemos de todo esto una gran ciudad. Llego casi a los tubos blancos, ya mero llego al juicio, a ver aquel perro que decide si eres o no criminal. Me veo en el espejo, como de costumbre, a ver si se me ve la cara de niña buena, a ver si el rimel no se me ha regado por la cara, y es cuando ¡Zaz! Hijo de su puta madre, se me metió. Pinche troquesote blanco F-150. Era un señor que podría ser mi tío, pero que yo le veo, y le digo –A la cola pendejo-. Me transformo en una violenta criatura con ojos de matón. Pero claro, ya sé que a mi carrito lo avienta con su troquesota. Pero sigo y sigo, hasta que le pego a la panel de enfrente. Se baja la señora, por su cuerpo tiene unos tres hijos, y problemas matrimoniales, el pelo cobrizo recién teñido. Y me dice con un dedo al ojo, sin pronunciar palabra, -Te vi-. Sólo me queda señalarle al pendejete que se me metió, y ella que me defiende –A la cola pendejo-. Recuerdo las veces que yo me le he metido a otra gente, quizás a ese señor que parece mi tío, pero el coraje me gana; de ese coraje que sientes piedras en el estomago, que no te deja relajar la cara y que te pone la sangre caliente. Al final se mete. Y yo le saco el dedo. Me ve por su espejo, y se sorprende que yo, una niña boba, le esté sacando el dedo. Pero yo sigo con mi dedo hasta que se me baja el coraje, y vuelvo a lo mismo. ¿Será lo que busco? ¿Será el balance que se me perdió?

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