Tanto que ya no siento nada.
Así es cómo me veían tus ojos.
Es un placer.
Son palabras sin sentido.
Tus ojos sólo confirmaban
La atmósfera que se convirtió en esa pared de vidrio
que de alguna vez te hablé cuando caminábamos por aquella cera.
Es un placer.
Probablemente me lo viste en los ojos,
Mis ojos que no callan (en algo nos tendremos que parecer).
Tanto que ya no sabías cómo seguirte de paso,
Para ya no tener que aguantarme
Y ver cómo me ahogo en mi,
Tanto que ya no siento nada.
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