martes, enero 20, 2004

el novio

El se oscurece en este tipo de situaciones (yo me imagino), no sabe de donde brota el telón para dar por terminada su vida. Quizás de cuando era niño y jugaba a casarse y que el era la novia, y su prima el novio, y su hermana el padre. A mí me mandaban con los payasos, así le decíamos a los de la tiendita del barrio, a comprar hostias de colores. Yo ponía los trastecitos que tenía para jugar al tesito para uso del “padre,” le agarrábamos pañoletas a mí mamá, y ordenábamos todo para jugar a “la boda.” Y en eso que llega mi madre y le dice -Pero tu tienes que ser la novia no el novio.- Creo que inmediatamente después paso El Chuy El Loco por nuestra cera y todo el incidente quedo olvidado y borrado de nuestras memorias. (Tengo que decir que El Chuy El Loco era uno de los loquitos del barrio, que se cargaba un barrigota y una coca cola no-retornable de un litro por doquier. Yo por lo menos le tenía pavor. Siempre era de que estaba toda la chamacada jugando a la boda o a la trais y pasaba El Chuy El Loco y empezaba el coro: -¡Ahí viene el chuy el loco! ¡Ahí viene el chuy el loco!- Nunca le escuche pronunciar palabra, pero con las pedradas que nos tiraba creo que era el comunicado necesario para dejarlo en paz y dejarnos saber que no era un loco; por lo menos para mi frente sangrienta lo fue.)
Aquí termina esta memoria.

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