escoger un patrón: entre mis medias horas en el baño
seleccionar los hilos: conceptualizo como hubiese cambiado todo, al tejer fragmentos: de mi alma, para cubrir la tuya.
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De niña, mi Panchita, mi madre, y mi hermanita gordita, sudorosa y dormida en el porta bebé, tejíamos por las tardes de veranoinvierno en el cuartito de la tele. Yo escuchaba historias fantásticas, como la del tío que desgraciaba a la familia con su vicio heredado de ya más de 3 generaciones (a mi sólo me amarraba beatles de un hilo para tejer, y yo corría por en medio de la calle con mi beatle hasta llegar con los ladrilleros: nalgada segura con las calcetas blancas teñidas de ladrillo). Y luego sólo se lamentaban y mencionaban a Jesús (el señor clavado y encuerado) para que iluminara a mi tío por el buen camino.
Tejer es lamentar.